sábado, 31 de diciembre de 2016

Se terminó el 2016

A finales de 2016 puedo decir que ha sido sin duda, el  año que más me ha hecho crecer. A la fuerza y sin quererlo. Desde el principio del año, las aventuras que se avecinaban, venían cargadas de tristeza e impotencia. Rabia, miedo y muchos sentimientos más cargados de sensaciones negativas que parecía que fuesen a llevarse por delante la alegría definitivamente. 
La palabra cáncer con todo lo que ello implica nos ha acompañado casi los 365 días. Al principio fue muy duro para todos, pero rápidamente y a la fuerza tienes que plantarle cara. Sacar energía y fuerza de debajo de las piedras y seguir adelante, y sobre todo con la mejor de las sonrisas.

Aprendes a canalizar la tristeza, las emociones… a sacar tiempo de donde sea para pasar más tiempo con los seres queridos. Aprendes a valorar las pequeñas cosas y a vivir más cada instante que te regala la vida.

El día que comenzó 2016 no tenía ni idea de cómo iba a ser el año, pero sin duda, no me imaginaba ni de lejos todas las visitas que hemos tenido que hacer al hospital, ni la incertidumbre que acompaña a la enfermedad.  Tampoco pensé, que llegaría a odiar ese número, ni que crearía teorías supersticiosas sobre la ropa que llevaba aquel día.  Son muchos recuerdos malos lo que puedo sacar del 2016. Sin duda, un año para el olvido desde muchos puntos de vista; sobre todo los primeros días en los que recibes la noticia del diagnóstico y te cae un jarro de agua helada en pleno invierno.

Pero también he sacado infinidad de cosas buenas este año tan diferente. Como ya he dicho antes, es sin duda, el año que más me ha hecho crecer como persona. Las circunstancias han hecho que aprenda a ser más independiente, sacas energías y fuerzas que ni me imaginaba que podría tener. La valentía llega de la mano del miedo. Y las ganas de llorar junto con los nervios se escapan en cada sonrisa. La forma en que canalizas los sentimientos llega a ser sorprendente. Pero es necesario.

La palabra cáncer no puede hundirte. No puede hacerte más débil. Al contrario. Tiene que hacerte despertar un deseo de lucha necesario en estos momentos. El cáncer es terrible, pero saca partes de nosotros que no conocíamos. Saca cualidades admirables de todos los miembros de la familia. La vida cambia con el diagnostico. Mi vida ha cambiado en 2016 pero estoy segura que para mejor. El cáncer me ha enseñado a ver la vida diferente. A valorar las pequeñas cosas y muchas otras que antes no apreciaba; y os aseguro, que no son pocas…


Ahora sólo me queda esperar que 2017 venga cargado de buena energía y buenas noticias. Que esté lleno de buena compañía y momentos geniales. Y si es posible, con una sonrisa.



La felicidad está en los pequeños detalles. ¿Dónde la estás buscando? 

lunes, 19 de diciembre de 2016

CANCER DE MAMA

Actualmente se considera el cáncer más frecuente desarrollado en la mujer. Representa 1/3 de los cánceres femeninos. A nivel epidemiológico, 1 de cada 7 mujeres desarrollarán la enfermedad, con una media de aparición a los 62 años. Siendo aun así mucho más agresivo en aquellas pacientes diagnosticadas menores a 35 años, por corresponderse con un subtipo molecular más violento.

Tras su diagnóstico, en este tipo de tumor es imprescindible el análisis biológico para determinar si existen receptores hormonales, así como la sobre-expresión de HER – 2. Además es muy importante la determinación de BRCA -1 y BRCA – 2 (nos indicará si existe la mutación, un riesgo más elevado de padecer la enfermedad. Dándonos la opción de un tratamiento profiláctico antes de su aparición)

Algunos de los factores pronósticos que se utilizan en la evaluación de estos tipos de tumores son:
-       Grado histológico del tumor
-       Infiltración linfo – vascular
-       Presencia o no de receptores hormonales
-       Presencia de la proteína HER – 2

En el cáncer de mama se ha establecido una clasificación dependiendo del subtipo molecular que presenta el tumor, siendo estos tipos los siguientes:
-       Luminal A
-       Luminal B
-       Her 2 +
-       Triple negativo

La importancia de esta clasificación radica en las propuestas de tratamientos que se podrán barajar, además de poder establecer un pronóstico predictivo en función de su agresividad.

En primer lugar, pero dependiendo del grado de invasión o afectación a más partes del cuerpo, se estudia mediante el estadiaje la diseminación de la enfermedad. Dependiendo del tamaño, invasión a tejidos vecinos, afectación de ganglios linfáticos o no… se determina la opción de cirugía o no para poder extirpar todo el tumor.
El tratamiento es en base a la estadificación de la enfermedad, donde en base a protocolos estudiados se decide cual es la mejor opción en cada caso.
A continuación, se plantea la posibilidad o no de un tratamiento sistémico (quimioterapia) y/o radioterapia en la zona de la lesión.
Todo esto, como hemos dicho, dependerá del grado de afectación e invasión de la enfermedad, así como de la edad de la paciente, obteniendo diferentes tratamientos dependiendo de si hay o no menopausia en el momento del diagnóstico. Buscando siempre el mayor beneficio en base a los factores pronósticos y predictivos que han sido estudiados.

Algunos factores de riesgo que se han relacionado con la aparición del cáncer de mama son los siguientes:
-       Ser mujer (Debido a que la glándula mamaria está sometida a un proceso constante de los factores hormonales: estrógenos y progesterona)
-       Edad > 50 años
-       Raza blanca
-       Antecedentes familiares de la misma enfermedad
-       Presencia en la familia de mutación BRCA – 1 y BRCA – 2.
-       Vida sedentaria sin realización de ejercicio (se aconsejan como mínimo 4h de ejercicio a la semana)
-       Obesidad (La dieta rica en fibra disminuye el riesgo, mientras que las dietas ricas en grasas saturadas lo aumentan)
-       Tratamiento hormonal tras la menopausia
-       Consumo de alcohol

En muchas ocasiones no se diagnostica el cáncer de mama en estadios precoces ya que no da clínica hasta que no está avanzado. Por ello se recomiendan los métodos de screening mediante mamografías en la población más susceptible de riesgo.
Algunos de los síntomas que se pueden observar son:
-       Presencia de un nódulo o bulto duro, no móvil que va aumentando de tamaño.
-       Retracción de la piel de la mama o del pezón
-       Alteraciones cutáneas en la piel mamaria
-       Secreción sanguinolenta o blanquecina por el pezón
-       Manchas o cambios de coloración en la mama
-       Inflamación mamaria

Recordemos siempre la importancia en estos casos de realizar controles periódicos en los casos en los que ya ha aparecido la enfermedad y en aquellos con factores de riesgo establecidos. La autoexploración es una técnica muy importante y que nos da mucha información mediante el tacto del pecho para detectar posibles cambios que se producen en estos casos. 



No debemos olvidar la importancia de llevar una vida saludable y seguir los tratamientos que el  oncólogo ha pautado para su seguimiento.