El placer de viajar y descubrir nuevos lugares, culturas y tradiciones nos
puede aportar muchísimos beneficios y
felicidad. Viajar ayuda a desconectar de muchos de tus problemas y te aporta
nuevas perspectivas de cara a la vida.
Por estas razones, una vez controlada la enfermedad, planificar un nuevo
viaje, puede ayudarnos a experimentar una mejoría tanto a nivel físico como
mental. Tras finalizar los tratamientos, plantear un viaje como un nuevo reto o
una victoria son opciones muy frecuentes y aconsejables. Explorar y descubrir
nuevos lugares tras otro ciclo de quimio se convierte en una recompensa. Y ese viaje como objetivo establecido a corto
plazo, se convierte en tu mejor aliado para sobrellevar los malditos efectos
secundarios.
Aun así, hay que tener en cuenta algunos consejos que son útiles para los
enfermos con cáncer a la hora de viajar:
- Habla con tu médico y cuéntale tu plan de
viaje. Él podrá darle su opinión respecto a tu estado actual de la enfermedad o
si tienes más o menos riesgo de viajar tras alguno de los tratamientos
administrados y te aconsejará si necesitas por ejemplo vacunas o algún cuidado
especial en el destino elegido.
o Así podrás organizar tus necesidades médicas
con antelación y criterio médico.
- Si no te siente con fuerzas o animado,
retrasa la fecha del viaje. Escucha a su cuerpo y no intentes forzarte por
volver a viajar. Utiliza las fechas en las que te sientas más recuperado y
estable emocionalmente.
- Si estás pensando en un viaje largo que
coincida con alguna fecha de quimioterapia, consulta en tu hospital si existe
la posibilidad de administrar el tratamiento en algún hospital más cercano de
tu destino. Si no es posible, intenta cambiar las fechas para cuadrarlo todo.
- Planifica viajes cortos y organizados con
horario de descanso. Ten claro cuáles son tus límites y no intentes forzar tu
cuerpo. Viajar cansa y agota y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de
plantearse excursiones excesivamente largas o complicadas.
o Estudia
las diferentes posibilidades de acceso a
los destinos que has elegido para poder escoger la opción que más se adapte a
tu estado físico.
- No olvides la importancia de una correcta
hidratación y protección solar. (Muchos tratamientos de quimioterapia pueden
generar una sensibilidad extrema a la radiación solar y provocar quemaduras con
mayor facilidad).
- Lleva los medicamentos necesarios y
aquellos que puedas necesitar ante los imprevistos más frecuentes de tu
enfermedad. En caso de volar, intenta ponerlos
en la maleta de mano que vayas a llevar contigo y no en la facturada, por
riesgo de pérdida.
- Lleva un informe del estado actual de tu
enfermedad, diagnóstico y tratamiento que necesitas. Si el destino es en otro
país, sería interesante llevar una copia del informe en el idioma
correspondiente.
- Si desea volar, tenga en cuenta las largas
colas y posibles horas estresantes en los aeropuertos. Además si tiene una
cirugía reciente, durante el vuelo y debido al aumento de presión puede
experimentar más dolor e inflamación.
o Pacientes
que tienen una linfadenectomía pueden experimentar inflamación del miembro
intervenido. Las medias o mangas de compresión podrían ayudar a evitarlo en los
casos que el linfedema sea sintomático o tenga muchos factores de riesgo de
desarrollarlo. Consúltalo con el médico para que te aconseje en tu caso.
o
Es
muy importante que intente levantarse y caminar con frecuencia si el vuelo es
largo para evitar posibles complicaciones con la formación de trombos
sanguíneos.
- Si vas a viajar fuera de España, solicita
la tarjeta sanitaria europea para que te permita acceder a la sanidad pública
durante tu estancia en el país europeo que hayas elegido viajar. Infórmate
antes de las condiciones de los sistemas sanitarios de cada país, pues
probablemente en alguno tengas que abonar una determinada cantidad por la
atención medica recibida, que después se te reembolsa cuando vuelves a España.
- La opción de contratar un seguro médico es muy aconsejable
en los casos de enfermedades oncológicas, ya que el seguro se haría cargo de los gastos desde un primer momento. Para asegurarse de este punto es interesante buscar alguno que cubra este tipo de tratamientos y patología.
Durante una enfermedad tan dura como lo es un cáncer, viajar puede ser placentero e incluso beneficioso, convirtiéndose en uno de los mayores placeres del mundo, ya que la enfermedad
te hace valorar más los pequeños detalles y encontrar una paz interior que te
ayuda cada día a tener nuevos objetivos e ilusiones...
Permíteme un último consejo:
- No olvides disfrutar del destino y volver
con la maleta llena de recuerdos y experiencias agradables para continuar el
viaje de la vida planificando nuevos destinos… y si es posible, con una
sonrisa.