Muchas veces no somos conscientes de la carga emocional, psicológica y
física que puede llegar a tener el cuidador principal de un paciente con
cáncer. Normalmente todos nos centramos en el enfermo en sí, sin darnos cuenta
de la importancia y la necesidad que tienen también los cuidadores de nuestra
atención.
Ellos son los que SIEMPRE están ahí, pase lo que pase, tienen la mejor de
sus sonrisas y la mejor de las soluciones posibles en momentos catastróficos.
En ocasiones, llegan a límites en los que no se permiten un descanso, se
desviven por el familiar querido, sacan tiempo de donde sea para sacar todo
adelante. NUNCA se rinden.
Pero este nivel de exigencia y atención, poco a poco va consumiendo al
cuidador. Si no prestamos atención a estas personas también, con el tiempo la
situación les desborda. El cáncer se convierte muchas veces en un largo periodo de tiempo en el que la
enfermedad se hace larga y pesada tanto para el paciente como para todos los
que están a su alrededor, por lo que el ritmo de vida estresante de un
cuidador, no puede mantenerse en el tiempo de forma exagerada.
Ellos también necesitan descansar, que se les pregunte que prefieren cada
día, cariño y atención, saber que tienen un apoyo en el que refugiarse cuando
todo se pueda torcer, o simplemente un día en el que se sientan más débiles.
No pueden sacar fuerzas día tras día, durante tiempo indefinido,
escondiendo sus necesidades y priorizando las del enfermo. Todos sabemos que es
necesario atender al paciente, pero debemos darnos cuenta de las necesidades de
la persona que adquiera el cargo de cuidador principal cuando tenemos una
patología como lo puede ser el cáncer.
Si no se tiene esto en cuenta, con el tiempo el cuidador irá decayendo
tanto emocionalmente como físicamente, desembocando la situación en el llamado SINDROME DEL CUIDADOR.
Algunos de los síntomas que presentan son: labilidad emocional, depresión,
trastornos del sueño, aislamiento social…
Antes de que la situación desemboque en esto, todos los que estamos
alrededor, debemos ayudar y colaborar en todo lo posible, manteniendo la
independencia tanto del enfermo como del cuidador y evitando que éste último
consuma todo su tiempo en la enfermedad y el enfermo.
Algunos consejos para sobrellevar esta situación son:
- Reflexionar y darse cuenta de que es
necesarios llevar una vida propia.
- Delegar algunas responsabilidades en otras
personas del circulo cercano
- Informarse de ayudas sociales si fuese
necesario
- Comunicar a la familia los sentimientos y
necesidades en todo momentos
- Mantener las actividades que siempre le
han gustado y relajado
- Dejar un tiempo programado a la semana
para desconectar y no tener responsabilidades
- Aprender a decir NO y ESPERA siempre que
sean peticiones no urgentes
- Fomentar la autonomía
- Realizar ejercicio moderado con frecuencia
Todo esto ayudará a mantener la autonomía necesaria en el cuidador y le
proporcionará mas seguridad, tranquilidad y fuerza para seguir llevando la
situación con la mayor naturalidad posible y permitirá que no se agote su
vitalidad. Si conseguimos evitar el estrés que estas personas pueden llegar a
acumular, la situación será mucho mas llevadera y fácil para todos.
“No olvides cuidarla, por si
mañana en vez de verla, te toca imaginarla” Gabriel García MArquez