viernes, 19 de febrero de 2016

Sin avisar...

De las pocas cosas que se de la vida es que puede cambiar cuando menos te lo esperas. Que todo es perfecto y de golpe se rompe. Que te da miles de momentos y alegrías. Y también sustos, de los grandes. Para que valores más las pequeñas cosas, los detalles…

De las pocas cosas que he aprendido de la vida es que hay que valorar esos pequeños momentos y disfrutar al máximo, porque sin avisar y sin pensarlo todo se puede torcer.
Y esta es la historia de cómo el cáncer entró en casa. De golpe. Sin avisar. Recordándonos que tenemos fecha de caducidad. Haciéndonos valorar la importancia de las pequeñas grandes cosas.

Desde hace tiempo como estudiante de medicina me ha interesado mucho la oncología, sin saber que en poco tiempo me iban a servir de primera mano todos los temas que un día estudié con entusiasmo.


Por ello en este blog escribiré parte de la fisiopatología del cáncer desde el punto de vista médico-científico, además de mis experiencias de cerca con este nuevo enemigo que se ha instalado en casa.