lunes, 22 de agosto de 2016

Hospital

Tras la temida y a la vez deseada e imprescindible cirugía, se presenta la larga estancia hospitalaria que viene acompañada de la necesidad de acostumbrarse y superar tanto física como psíquicamente los cambios que ha provocado la minuciosa intervención.
Los días en el hospital se hacen largos y  conforme el paciente se va recuperando, aumentan sus inquietudes y las ganas de volver a casa. Buena señal, pero difícil de llevar cuando sabes que todavía quedan muchas horas que pasar en la pequeña habitación que te han asignado.
El dolor postoperatorio se consigue aliviar con los fármacos que te administran cada determinadas horas, pero la incomodidad de mantenerse en la misma posición durante mucho tiempo genera una inquietud que termina provocando una gran impotencia en el enfermo.

En muchos casos de las cirugías oncológicas la mejor opción y el objetivo final para conseguir un mejor resultado es la amputación de la parte afectada por el tumor. Por ello los resultados de estas cirugías, pueden resultar traumáticos para los pacientes. La aceptación de la nueva imagen corporal no es fácil y necesita de paciencia y apoyo psicológico para asumir el cambio. Debemos tener claro que es necesario y beneficioso a largo plazo para combatir la enfermedad.
Son muchos sentimientos reunidos en poco tiempo, los cuales hay que asimilar poco a poco y con la mejor actitud posible para sobrellevar la situación lo mejor posible. En los casos en los que no consigamos una aceptación temprana, tendremos que tener paciencia y tener en cuenta que existen en los hospitales equipos de psicooncólogos dispuestos a ayudarnos en cualquier momento.

La sensación de un apoyo externo es fundamental, a la vez que la ayuda recibida por parte de los más allegados. Los familiares más cercanos y el propio paciente, agradecen la compañía en los momentos difíciles. Aún así, los días más próximos tras la cirugía hay que tener en cuenta la debilidad en el paciente y el cansancio generado y acumulado tras la larga intervención.
Por lo que hay que intentar restringir las visitas ya que pueden llegar a convertirse en un gran esfuerzo para el paciente al intentar estar atento a todas aquellas personas que acuden a verle. Aunque nos parezca que el enfermo está animado y en estado de recibir visitas, debemos llevar cautela para no generar un cansancio añadido e innecesario que a lo largo del día habrá sobrecargado al paciente. Más adelante, cuando el paciente se encuentre en casa, tendremos tiempo de visitas más extensas y en un ambiente más calmado. No olvidemos que la hospitalización postoperatoria es fundamentalmente para la total recuperación de la cirugía.


Sabemos que en la curación del cáncer, hay varios escalones que tenemos que ir superando poco a poco y con la mejor actitud posible para que se haga más llevadero. Sin olvidar, que en muchos casos encontraremos obstáculos y se nos hará más difícil el camino a seguir. Estos momentos son frecuentes y necesarios para conseguir afrontar la enfermedad y asumirla poco a poco. No es una situación fácil, pero con paciencia y optimismo, se puede conseguir una mejor visión de esta dura etapa que nos ha tocado afrontar. Y si es posible, con una sonrisa…

"Con cuantas personas estamos y sin embargo, con que pocas somos" 

miércoles, 3 de agosto de 2016

Cardiotoxicidad

REVISIÓN CARDIOLÓGICA TRAS EL TRATAMIENTO CON QUIMIOTERAPIA

Los avances y la investigación en los tratamientos oncológicos han hecho que aumente la supervivencia de los pacientes con cáncer notablemente. Por ello, se han observado diferentes patologías relacionadas con los efectos secundarios que causan estos fármacos a largo plazo en el organismo. Uno de ellos es la cardiotoxicidad provocada por varios agentes quimioterápicos.

La dosis total permitida de estos fármacos, estará condicionada por la toxicidad que provoca a nivel del miocardio pasados los años en pacientes tratados con ellos (pueden aparecer de 6 a 20 años tras el tratamiento).
Debido a que el cáncer llega a cronificarse en un alto porcentaje de casos actualmente, es muy probable que aparezcan síntomas pasados los años relacionados con la edad y el envejecimiento celular sumado al efecto cardiotóxico.
Comentamos a continuación, algunos de los tratamientos utilizados y los posible efectos secundarios que pueden provocar con el tiempo:

  • -    Metotrexato: arritmias e isquemia
  • - Ciclofosfamidas: Insuficiencia Cardiaca, miopericarditis y  arritmias
  • -    Cisplatino: Hipertensión arterial
  • -    Fluoracilo: Infarto agudo de miocardio e isquemia
  • -    Antraciclinias: miocardiopatías y miopericarditis
  • -    Taxanos: Insuficiencia cardiaca, isquemia y arritmias
  • -    Trastuzumab: Insuficiencia cardiaca
  • -    Tamoxifeno: Trombosis venosa profunda
  • -    Radioterapia: aterosclerosis, derrame pericárdico y cardiopatía restrictiva


Debido al conocimiento de estos posibles eventos, es recomendable la revisión por cardiología pasado el proceso de tratamiento activo del cáncer. En este caso se realizará un ecocardiograma para predecir el riesgo de futuras complicaciones, y así valorar la frecuencia necesaria en el seguimiento cardiológico.
Es imprescindible priorizar el tratamiento de la enfermedad más grave, como lo es en este caso el proceso oncológico, sin tener en cuenta en esos difíciles momentos estos posibles efectos secundarios. Por pasos y siguiendo un orden de prioridades, se irán evaluando posteriores complicaciones.  Actualmente hay tratamientos para mantener y tratar todas las posibles complejidades que se puedan manifestar, por lo que estas contingentes secuelas, hay que conocerlas y tenerlas presentes, pero no deben angustiarnos durante el proceso activo de curación de la neoplasia.

Sin embargo, sabiendo esto, podemos intentar mejorar el pronostico a largo plazo, una vez curada la enfermedad, de la situación basal y cardiaca. Por ello, es recomendable un estilo de vida saludable practicando hábitos y costumbres beneficiosas en el día a día.

Consejos para prevenir problemas cardiacos:
-       No fumar
-       Mantener un peso adecuado
-       150 minutos mínimo de ejercicio aeróbico semanal
-       Dieta saludable (pobre en grasas, baja en colesterol, sal…)
-       Control de la tensión arterial, colesterol y glucosa

Algunos de los síntomas que podremos observar en caso de cardiotoxicidad, son: elevación transitoria de la tensión arterial, bradicardias, hipotensión, arritmias, insuficiencia cardiaca no reversible… Todo ello dependerá de la predisposición del paciente a padecer una patología cardiaca, además de la dosis acumulada de los quimioterápicos.
Por ello el objetivo principal en estos casos será tener en cuenta la prevención de estas secuelas; actualmente se está investigando con nuevas moléculas que tengan menos interacción con el miocito, para disminuir así, la incidencia de eventos cardiotóxicos tras el tratamiento del cáncer.

Con todo ello, se objetiva la importancia y necesidad de prestar atención a los posibles efectos tóxicos de las quimioterapias a nivel cardiaco, por lo que se recomienda hacer controles periódicos y un seguimiento exhaustivo para evitar posibles complicaciones, además de seguir unos hábitos de vida saludables.


“Que lindo que es soñar. Soñar no cuesta nada. Soñar y nada más. Con los ojos abiertos. Que lindo que es soñar y no te cuesta nada más que tiempo” Kevin Johansen.



Bibliografía:
-       Raschi E, Vasina V, Ursino MG, Boriani G, Martoni A, De PF. Anticancer drugs and cardiotoxicity: Insights and perspectives in the era of targeted therapy. Pharmacology & Therapeutics 2010
-       Geiger S, Lange V, Suhl P, Heinemann V, Stemmler HJ. Anticancer therapy induced cardiotoxicity: review of the literature. Anti Cancer Drugs 2010