lunes, 11 de abril de 2016

Carta de una hija

Y de repente, todo tiene mas sentido. De pronto te das cuenta que todo pasa por algo y que la vida te pone en el sitio exacto en el momento exacto.

Tengo 23 años me encanta la medicina y desde hace un año y medio aproximadamente me apasiona la oncología. Todo lo relacionado con el tema me llama la atención y me crea un interés enorme por la especialidad. Una especialidad muy dura desde el punto de vista de mucha gente, pero para mi interesantísima y aunque a veces difícil, muy bonita y agradecida.

Ahora sé que todo este interés pasó por algo. La vida me estaba preparando para poder afrontar mejor el susto que iba a llegar tiempo después muy cerca de mi.
De pronto, un día normal, en una prueba diagnostica rutinaria en un screening de colon aparece. Ahí está. Ahí estaba mejor dicho. Y llevaba ya un tiempo. Algo mas de un año probablemente.

Después de unos meses con una leve clínica y casi sin importancia, un jarro de agua fría cae de la nada. Después de meses rotando por el servicio de oncología y haber vivido de primera mano las situaciones que se viven en este servicio, me toca llenarme de serenidad, respirar hondo y asimilar: el cáncer había llegado a casa. Mi padre tiene cáncer. T3N2Mx. Se perfectamente que significa todo esto y las opciones de tratamiento que hay en estos casos. Nos espera un largo periodo de tiempo con visitas frecuentes a los hospitales.

Desde el primer momento pasan por mi cabeza infinidad de posibilidades y pensamientos. Por primera vez en la vida, me tocaba aplicar todo lo que había aprendido meses atrás. Por primera vez me afrontaba a un miedo que había tenido tiempo atrás: La posibilidad de hundirme ante el caso de un paciente con esta enfermedad. Pero ahora era más que un paciente; era un familiar, era mi padre.
Desde aquel día, supe que se avecinaban tiempos difíciles en casa, que íbamos a tener un año duro y que no iba a ser fácil. Que la vida te cambia de un momento a otro y sin esperarlo. Pero sobre todo, tenia claro lo mas importante: tenia tratamiento y tenia cura. Eso sí, íbamos a necesitar paciencia y mucha mucha fuerza. Por parte de todos, porque esto es una patología que afecta a toda la familia y a todos los que están a tu alrededor. Todos lo sufren, todos de una forma u otra están implicados en la cantidad de sentimientos y sensaciones que conlleva este enemigo que viene sin avisar.


Desde aquel día sé que nada y todo ha cambiado. Bajo mi punto de vista el cáncer es una enfermedad dura y agresiva pero que en la actualidad tiene muchos tratamientos, alternativas y muchas posibilidades de convertirse en una enfermedad crónica con la que la persona tiene que aprender a vivir. Con una serie de controles mas exhaustivos y seguidos, pero con mas avances cada día y mas posibilidades de curación. El problema es que la palabra cáncer genera mucha angustia y miedo en los pacientes. Una serie de inseguridades y dudas que provoca un cambio en la vida de quien lo padece. Esto es algo que intento día a día hacer ver en casa: Tenemos una enfermedad nueva y desconocida, si. Que genera pánico y nos asusta a todos. Pero hay que tener claro que en el siglo en el que estamos los avances médicos van agigantados y tenemos muchos ensayos clínicos observacionales en los que se están demostrando nuevos fármacos y protocolos que han obtenido muy buenos resultados.

Pero por otro lado, no ha cambiado la forma en la que veo a mi padre. El hecho de que tenga una enfermedad llamada cáncer no me va a asustar, todos tenemos que ser fuertes. Será una época difícil, pero se puede superar. Tiene tratamiento y tiene cura, lo vuelvo a repetir. Siempre ha sido una persona fuerte, que me ha educado para no rendirme en momentos difíciles y que hay que superar las adversidades por difíciles que parezcan a veces.
En este momento todo puede parecer una montaña, pero se que con el apoyo de todos sus seres queridos y la compañía el viaje se hará mas llevadero. Hay que seguir el viaje con optimismo y apoyando a aquellos que mas lo necesiten en estos casos. Mirar la enfermedad de frente y plantarle cara, que aunque no sea fácil no hay que tenerle miedo. Ante todo fuerza y seguridad en uno mismo. Podemos contra el cáncer!

Tampoco es fácil para los familiares convivir con esta patología nueva, que te cambia la vida y la forma de ver las cosas. Pero poco a poco se adquiere una nueva forma de vida en la que aprendes a valorar las pequeñas cosas y a quitarle peso a lo más superfluo. Mucha gente reconoce que el cáncer le ha cambiado la vida a mejor; pues le ha enseñado a apreciar los detalles, a vivir la vida de una forma más plena.

Por tanto, ya que no es una etapa fácil, mi opinión es que no tenemos que hundirnos nunca, ni venirnos abajo. Y si por algo esto pasa en algún momento de camino, levantarse en cuanto sea posible, pues todo esto nos hará más fuertes. Hay que tener claro que es una patología complicada, pero no hay que perder la esperanza jamás. Siempre siempre debemos mantener el optimismo que nos dará fuerza a todos para ayudar al paciente a afrontar esos difíciles días en los que todo se hace cuesta arriba. La importancia de la familia y el apoyo emocional es algo importantísimo y muy valorado por los pacientes, pues agradecen muchísimo la compañía, comprensión y el hecho de no sentirse solos ante una situación de inseguridad como genera este inquilino en el cuerpo.

Mi consejo a todos aquellos que tengáis algún familiar pasando por esto es que no os vengáis abajo vosotros. No hay que hundirse en situaciones difíciles. Hay que levantarse con mas fuerza todavía para transmitir a quien mas lo necesita toda la energía positiva y fortaleza para que no se sientan solos y vean que los que estamos a su alrededor necesitamos también su compañía y su positividad. Las risas y los momentos de distracción olvidando que se está enfermo son imprescindibles. Así que… será un camino lleno de piedras, pero seguiremos luchando. Y si es posible, con una sonrisa.


“Algunos días no habrá ninguna canción en tu corazón. Canta de todas formas”  (Emory Austin)


1 comentario:

  1. Te escribo desde el otro lado. Soy ex enferma de cáncer. El 14/3 acabé mi ronda de quimios por un cancer de mama a los 33 años, y el próximo día 20 me someto a una mastectomía bilateral subcutánea profiláctica. Ser paciente de cáncer es muy duro. Pero creo que me costaría más tener a un familiar querido enfermo de cáncer...ánimo, muchósimo ánimo!!

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