miércoles, 11 de mayo de 2016

Cuidado de la piel

El excesivo sol del verano exige una protección óptima de los rayos solares, pero más aún durante el tratamiento oncológico debemos cuidar de una forma exhaustiva la piel ya que se verá afectada por la agresividad de este tipo de tratamientos.

En primer lugar vamos a experimentar una mayor sequedad e irritabilidad por todo el cuerpo causada exclusivamente por los efectos secundarios de la quimioterapia, por lo que es recomendable una BUENA HIDRATACIÓN diaria; esto es muy importante para mantener la capa barrera de la piel en perfecto estado.  

Tras el diagnóstico es importante vigilar la exposición solar durante todo el año, pero más aún en verano, ya que este tipo de fármacos que actúan a nivel sistémico van a provocar mayor susceptibilidad a los rayos UV, por lo que es muy importante una protección solar alta y frecuente durante este periodo estival y en las horas de mayor exposición al sol. (Aunque no deberíamos someternos a exposición solar durante el tratamiento de quimioterapia ni meses después); debido a la excesiva sensibilidad de la piel durante los tratamientos con quimioterapia es aconsejable no estar expuestos al sol en las horas de mayor irradiación. Evitar el sol al  máximo durante el periodo del tratamiento es importantísimo.

ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS QUE DEBERIAMOS SEGUIR SON:
-       Evitar estar expuestos al sol en las horas centrales del día
o   Incluso en zonas a la sombra, a las horas de máxima luz UV, se produce un aumento de reflejo de ésta por el agua del mar, la arena… lo que provoca un riesgo aumentado de quemaduras.
-       Mantener una hidratación adecuada
-       Utilizar protectores físicos como sombreros, gafas de sol
-       Cremas solares de protección total
o   Los pacientes oncológicos deben usar fotoprotectores a partir del factor 50 y que tengan efecto pantalla frente los rayos UV A y B
o   Renovar con frecuencia la aplicación del protector

En el caso de estar recibiendo un tratamiento con RADIOTERAPIA, no debe dar el sol en zona durante el tiempo que estén tratándose ni al menos un año después sobre la zona irradiada. Esto es debido a que se produce un efecto carcinogénico mayor sobre los pacientes que han recibido radioterapia, por ello es importante prevenirlo al máximo.

Una vez terminado el tratamiento oncológico, se debe evitar el sol lo máximo al menos un año tras la finalización, independientemente del tratamiento recibido.


En el día a día no hay que olvidar una abundante hidratación, tanto con cremas hidratantes, como bebiendo abundantes líquidos. Además de la utilización de jabones de ph neutro o que contengan glicerina para evitar que se reseque la piel, que estará especialmente sensible en este periodo del tratamiento.  También hay que recordar utilizar siempre que haya una exposición solar, por mínima que sea, una crema solar de alta protección.

"Por larga que parezca la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes" 

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