El excesivo sol del verano exige una protección óptima de los rayos
solares, pero más aún durante el tratamiento oncológico debemos cuidar de una
forma exhaustiva la piel ya que se verá afectada por la agresividad de este tipo
de tratamientos.
En primer lugar vamos a experimentar una mayor sequedad e irritabilidad
por todo el cuerpo causada exclusivamente por los efectos secundarios de la
quimioterapia, por lo que es recomendable una BUENA HIDRATACIÓN diaria; esto es
muy importante para mantener la capa barrera de la piel en perfecto estado.
Tras el diagnóstico es importante vigilar la exposición solar durante todo
el año, pero más aún en verano, ya que este tipo de fármacos que actúan a nivel
sistémico van a provocar mayor susceptibilidad a los rayos UV, por lo que es
muy importante una protección solar alta y frecuente durante este periodo
estival y en las horas de mayor exposición al sol. (Aunque no deberíamos someternos
a exposición solar durante el tratamiento de quimioterapia ni meses después); debido
a la excesiva sensibilidad de la piel durante los tratamientos con
quimioterapia es aconsejable no estar expuestos al sol en las horas de mayor irradiación.
Evitar el sol al máximo durante el
periodo del tratamiento es importantísimo.
ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS QUE DEBERIAMOS SEGUIR
SON:
- Evitar estar expuestos al sol en las horas
centrales del día
o
Incluso
en zonas a la sombra, a las horas de máxima luz UV, se produce un aumento de
reflejo de ésta por el agua del mar, la arena… lo que provoca un riesgo
aumentado de quemaduras.
- Mantener una hidratación adecuada
- Utilizar protectores físicos como
sombreros, gafas de sol
- Cremas solares de protección total
o
Los pacientes
oncológicos deben usar fotoprotectores a partir del factor 50 y que tengan
efecto pantalla frente los rayos UV A y B
o
Renovar
con frecuencia la aplicación del protector
En el caso de estar recibiendo un tratamiento con RADIOTERAPIA, no debe dar
el sol en zona durante el tiempo que estén tratándose ni al menos un año después
sobre la zona irradiada. Esto es debido a que se produce un efecto carcinogénico
mayor sobre los pacientes que han recibido radioterapia, por ello es importante
prevenirlo al máximo.
Una vez terminado el tratamiento oncológico, se debe evitar el sol lo máximo
al menos un año tras la finalización,
independientemente del tratamiento recibido.
En el día a día no hay que olvidar una abundante hidratación, tanto con
cremas hidratantes, como bebiendo abundantes líquidos. Además de la utilización
de jabones de ph neutro o que contengan glicerina para evitar que se reseque la
piel, que estará especialmente sensible en este periodo del tratamiento. También hay que recordar utilizar siempre que
haya una exposición solar, por mínima que sea, una crema solar de alta protección.
"Por larga que parezca la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes"
No hay comentarios:
Publicar un comentario