Y un día normal, sin darte cuenta te sorprendes a ti misma mirando al
cáncer de frente. Con todas tus fuerzas. Poco a poco y sin quedarte
alternativa, has aprendido a vivir con un nuevo inquilino en tu vida.
Te
avisaron los primeros días; “Te cambiará la vida…” Pero
hasta que no reflexionas no ves realmente el cambio que se ha producido poco a
poco y por obligación.
Un cambio fuerte los primeros días, que al cabo de
varios ciclos de tratamiento ha conseguido poner patas arriba tu rutina.
Sí, nos ha cambiado la vida. A todos en casa. Un cambio provocado por una
enfermedad que nadie desea. Pero que a veces, llega. Visitas mas frecuentes al médico,
a los hospitales, incertidumbre, miedo, impotencia...
Una permuta que probablemente nos ha unido más de lo que ya estábamos. Una distorsión
llena de baches, con momentos mejores y otros no tan buenos… Un cambio al que
entras con pánico y sin darte cuenta, pero que al reflexionar te das cuenta que
con cariño y paciencia es llevable y te ayuda a ver la vida de otra forma. Te
da la oportunidad de ver las cosas desde un punto de vista diferente, te hace
replantearte tu escala de valores y te enseña a valorar que las pequeñas cosas
terminan siendo las más importantes.
Una época de transición que nos da derecho a proyectar las cosas,
reflexionar y afrontar la realidad. Pero también nos hace abrir los ojos a la
vida. Darse cuenta de la importancia de los detalles. Valorar lo más
insignificante que muchas veces antes no veíamos.
Aunque sea difícil y muy duro hay que conseguir ver un lado positivo. Ver
el orgullo de demostrarte a ti mismo la fortaleza interior que posees, orgullo
de ver la gente que te apoya y te quiere, alegría por saber valorar los
detalles que antes ni nos parábamos a mirar.
El cáncer te demuestra y te obliga a sacar una fortaleza física e interior
que hace que luches y sigas adelante. Que valores el sentido de la vida… nos
hace replantearnos una escala de valores, posicionando en primer lugar la
importancia de la felicidad y el bienestar interior.
El cáncer te cambia la vida, pero que no te cambie la sonrisa…
No hay comentarios:
Publicar un comentario