miércoles, 14 de septiembre de 2016

Plan de tratamiento

En el momento que se obtiene un diagnostico oncológico, son necesarias diferentes pruebas diagnósticas y datos concretos del paciente y del tipo de tumor para poder elegir el tratamiento óptimo para cada tipo de paciente.
Existen protocolos en oncología, en los que dependiendo de la fase del tumor, sus características biológicas y otros muchos ítems que son valorables hasta determinar un objetivo claro y lo más agresivo, a la vez que beneficioso para el enfermo. (Estos protocolos van variando conforme avanza la investigación)

El diagnóstico tumoral lo podemos obtener de varias formas; puede ser de forma rutinaria en un screening, tras una prueba complementaria pedida por otra causa diferente, o tras presentar clínica que sea necesario estudiar.

Aun así, en el momento en el que se obtiene el diagnóstico, lo primero que tenemos que saber es la naturaleza y biología del tumor. Para ello, se hace un estudio anatomopatológico tomando una muestra de la pieza tumoral, que se analiza exhaustivamente para conocer las características de éste. Con este resultado, sabremos la agresividad del tumor, los posibles tratamientos dirigidos exclusivamente para ese tipo de células, posibles mutaciones y muchas veces también la posible evolución y respuesta que llevará la enfermedad.

Después de conocer a que nos enfrentamos, es interesante realizar pruebas de extensión para saber cuanto de extendida puede estar la patología. Para ello se utiliza el TAC,  la Resonancia Magnética, ecografía, … para poder evaluar la evolución que tiene actualmente la enfermedad. También nos servirá posteriormente para evaluar la respuesta al tratamiento y el seguimiento.
Con estas técnicas, podemos ver la extensión del tumor en el principal sitio de afectación, además de si hay extensión a otros órganos vecinos o órganos propios de metástasis (que variaran dependiendo del tipo de tumor y su origen). También podremos ver con estos exámenes si hay ganglios afectos (lo que nos indicaría invasión de la enfermedad al torrente linfático).

Ahora ya tenemos bastante información sobre la enfermedad que nos está afectando. Tras estos pasos, se puede obtener el TNM (tamaño y extensión del tumor principal).
T = tamaño del propio tumor y la diseminación hacia tejidos cercanos
N= afectación linfática
M= afectación metastásica (diseminación hacia otras partes del cuerpo)
Con esta clasificación, describimos el cáncer de forma detallada y podremos agruparlo en diferentes estadios dependiendo de sus características.

Además es importante conocer datos del paciente que pueden estar relacionados con factores pronósticos o evolutivos como pueden ser: sexo, edad, antecedentes familiares oncológicos, antecedentes personales de otras patologías, hábitos tóxicos del paciente, calidad y estilo de vida… La historia clínica exhaustiva, detallada y completa es de gran utilidad para el médico, así como la exploración física minuciosa para conocer y evaluar la posible repercusión sistémica del tumor.

Con toda esta información, tanto del tumor como del paciente y evaluando mediante escalas de calidad de vida, el estado general del paciente (performance status), podremos tomar decisiones en cuanto al manejo y clarificar el posible pronóstico de la enfermedad, así como establecer desde el principio la intensidad terapéutica a implementar con el tratamiento.
De esta manera, podemos aplicar el tratamiento adecuado, conocer el pronostico aproximado del paciente, facilitar los resultados estadísticos de los ensayos clínicos y permitir el intercambio de información entre los diferentes grupos de trabajo, con información más unificada.

El oncólogo les informará de los pasos a seguir y del tratamiento que se ha demostrado que obtendrá una mejor respuesta debido a las características estudiadas en su caso. Por lo que siempre, se establece un plan de tratamiento personalizado en cada paciente. Es muy importante la confianza en su médico durante este periodo de tiempo, en el que deben dejarse llevar por los profesionales que han planificado su tratamiento.


“A veces en la vida necesitas detenerte, ver donde te encuentras, mirar dónde quieres ir, caminar y dejar atrás todo eso que te arrastra”

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