martes, 26 de julio de 2016

Alcohol

En esta ocasión, estudiamos la relación entre el alcohol con el desarrollo de una neoplasia. Comúnmente se suele asociar más el tabaco con el riesgo de cáncer, olvidando que el alcohol es un carcinógeno muy presente en nuestras vidas, aunque sea, en muchos casos de forma moderada.

El consumo moderado de alcohol, puede tener algunos beneficios en nuestra salud, pero no debemos olvidar que se ha identificado como una de las 10 principales causas de riesgo global de enfermedad, entre ellas el temido cáncer. Por lo que deberíamos descartar la afirmación anterior que asegura que “el consumo moderado de alcohol puede tener beneficios en nuestra salud” ya que estos beneficios son irrelevantes cuando se comparan con el riesgo de generar un tumor maligno.

El consumo de alcohol se relaciona de forma directa con cánceres en la cavidad bucal, faringe, laringe, esófago, mama, hígado, colorectal, renal y páncreas. Muchos estudios evidenciaron que el riesgo de cáncer asciende desde un 7 a un 9% por cada 10 gramos de ingesta de alcohol al día. (La OMS recomienda no superar los 20gr de alcohol/ día en mujeres y menos de 30gr alcohol/día en hombres).
Para que os hagáis una idea, una caña de cerveza (algo que es habitual consumir en muchas personas más de una vez por semana), correspondería aproximadamente a unos 8 gr de alcohol.






Puesto que se han observado la relaciones científicas suficientes para asociar el consumo de alcohol con el cáncer, deberíamos concienciar a la sociedad del peligro de un consumo de alcohol por mínimo que parezca, puesto que es un factor de riesgo totalmente evitable actualmente.

También existe relación con los genotipos que cada persona  posee y con el estilo de vida del individuo; parece lógico pensar que personas que beben mayor cantidad de alcohol a diario están más expuestas al peligro de sufrir un tumor, pero debemos tener en cuenta que también aquellos que disfrutan de un consumo responsable y menor, pueden verse afectados por la carcinogénesis del alcohol.

En muchos casos las probabilidades se disparan y aumentan si adicionamos el consumo de tabaco, multiplicando así el efecto carcinógeno y el daño celular que pueden causar estas sustancias en las células de nuestro organismo.

La base científica de este hecho, radica en el proceso de descomposición y metabolismo del alcohol en nuestro organismo, generando metabolitos activos y tóxicos  para el ADN humano provocando así mutaciones y oxidaciones favorecedoras para el desarrollo de los diferentes tumores que se han nombrado anteriormente.

Bibliografía:
-       - Pedro C. Lara, Marta Lloret. Principios generales del cáncer. Ed Arán. Madrid, 2012.
-   - Baan R, Straif K, Grosse Y, Secretan B, El Ghissassi F, Bouvard V. Carcinogenicity of alcoholic beverages. Lancet Oncol. 2009.


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